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miércoles, 12 de mayo de 2010

Capítulo 01: a las doce en el Starbucks
Me desperté escuchando el tono de llamada de mi Blackberry, estiré vagamente para alcanzarlo, pero se me calló al suelo, Marcelino ladró y ahí ya me desperté completamente. Era Savannah, miré al reloj, eran las 10 de la mañana, ¿que querría tan temprano? Normalmente me mandaba un sms, nunca me llamaba, algo importante sería.
Descolgué el teléfono.
-¿Sí?
Maggie! ¿Estás despierta?- me gritó eufórica
-No, que va, te estoy contestando sonámbula,esque...-escuché como se reía de fondo- ¿qué quieres,mona?
-Pues, que ayer estuve pensando mucho, y...
-¡Pf! Mal asunto- le interrumpí.
-¡Olle! ¡Jajaja! Hoy desayunamos en el
Starbucks y hablamos un poco de todo,¿vale?
-Nosé, si mi madre me dejará...- Comenté al ver como
Marcelino, mi Carlino de ocho meses, estaba lleno de maquillaje de mi madre- Creo que va ha estar enfadada.
-Bueno tía, tú inténtalo, si no puedes pues le digo a mi madre que llame a la tuya o cualquier cosa, hoy tenemos que hablar.
-Okey. ¿A qué hora?
-A las doce y media. ¡Lleva mucho dinero,eh! Te quiero.-colgó.
¿Mucho dinero? ¿Para qué? Saqué de debajo de mi cama al pobre
Marcelino, tiene el pelo superoscuro, y ahora estaba lo que se dice beige, a saber lo que hizo para ponerse así.

Después de bañarlo, bajé a toda prisa las escaleras para preguntarle a mi madre lo del plan de hoy. Como siempre, estaba hablando por teléfono, llevaba unos rulos y una bata, estaba bastante enfadada... Cerré la puerta, conociéndola sie entrara
Marce le metería un sartenazo hasta que quedara tonto.
-Puñetero perro, ¿viste como me dejó el baño?- Dijo después de colgar el teléfono- Y lo peor, todo mi maquillaje para nada.
-Mamá, es muy pequeño, no se entera.
-Se enterará si. Y aún encima tengo que llevarlo al veterinario para las vacunas, ahí si que se va a enterar el desgraciado...
Suspiré.Mi madre está sencillamente loca, y tiene mucho carácter, como mi padre, yo creo que por eso se divorciaron... Había cada pelea en casa, que bueno, jaja. Mi padre está viviendo por Europa, no me acuerdo del sitio, según él uno de los motivos era que no aguantaba más vivir en esta isla... Tiene dos hijas, Salomé y Yanira, son unas repelentes... Odio ir a su casa. Mi madre en cambio salió con un para de tíos, pero nunca nada serio...
-¿Te vás a tomar ese café? Esque tengo prisa. ¡Tengo un juicio a las doce!
-Nonó, quedé con
Savannah...- Dije esperando que me dejara quedar con ella...
-Vale, voy a estar todo el día fuera.- Agarra la taza, me dá un beso en la frente y añade- Llévate al chucho, ¡ADIÓS!
-Pero- ya era tarde, ya se había ido riéndose.
Típico de ella, dejarme todo a mi, jajajaja.

Me puse una camiseta blanca básica de tirantes, unos pantalones cortos apretados sencillos negros, mis victorias grises y una sudadera encima, cojí mi bolso negro y metí dentro a Marce. Cerré la casa escuchando los bufidos del carlino, me puse los cascos mediorotos del Ipod, y me subí a la bici para ir al Starbucks, ha hablar con
Savannah. ¿Que querría?

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